MÉRIDA.- Lo que era un día de paseo y diversión en Plaza Dorada terminó en una tarde de drama y desesperación para una joven madre y su pequeña de tres años, al quedar atorado uno de los dedos de la niña en una máquina tragamonedas de dulces.
Los hechos ocurrieron aproximadamente ayer alrededor de las cuatro de la tarde en el citado centro comercial, a donde la menor y su madre fueron a pasar el rato aprovechando el día de asueto.
En un momento dado la pequeña pidió a su mamá dulces de los que se expenden en las máquinas tragamonedas que están por todos los pasillos de la plaza comercial.
Todo parecía normal hasta que la infante metió la mano en una máquina tragamonedas para sacar unos chicles y se atoró uno de sus dedos.
Al sentirse atrapada, la menor comenzó a llorar a gritos ante la desesperación de su madre, que no sabía qué hacer y entró en pánico.
Minutos después llegó personal de seguridad privada del centro comercial, que logró desarmar la máquina y liberó el dedo de la menor.
Fue tal el alboroto que se armó que incluso llegaron bomberos de la SSP y una ambulancia de la misma corporación.
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