MÉRIDA.- A fin de tratar de alejarla de la venta de drogas, un juez le impuso a Virginia J.B. varias medidas entre ellas terminar un curso de urdido de hamacas, permanecer en el trabajo en donde se desempeña y residir en la misma casa de Flamboyanes, en donde vivía cuando fue detenida por posesión de mariguana y cocaína.
A la acusada, por los hechos ocurridos en el fraccionamiento Campestre Flamboyanes de Progreso, fue condicionada a cumplir diversas medidas durante los próximos siete meses, como parte de la suspensión del proceso en su contra.
Se le impuso por tres meses residir en el predio que habita actualmente; terminar el curso taller de urdido de hamacas que se impartirá en el centro de desarrollo social, Hábitat, del Ayuntamiento de Progreso. Además, durante siete meses deberá acudir a prestar servicios a favor de la comunidad en el centro comunitario del fraccionamiento Flamboyanes, y también deberá conservar el trabajo que actualmente desempeña.
El 14 de octubre de 2014, la acusada fue sorprendida por agentes de seguridad estatales cuando caminaba por las calles del fraccionamiento Flamboyanes, en el puerto de Progreso, quienes al observar su actitud sospechosa y al solicitarle mostrara el contenido de su bolso, le fueron retenidas una bolsa de nylon que contenía cannabis y 19 envoltorios de crack.