El padre Carlos May Correa, en la homilía de la misa que concelebró este sábado, con motivo del XXV aniversario de su ordenación sacerdotal. (grillo porteño)
El padre Carlos May Correa, en la homilía de la misa que concelebró este sábado, con motivo del XXV aniversario de su ordenación sacerdotal. (grillo porteño)

MÉRIDA.- Rodeado de sus familiares, encabezados por su mamá Bertha María Correa Basto, el misioneros Carlos May Correa concelebró ayer sábado una misa en el templo El Buen Pastor, para celebrar los XXV años de su ordenación sacerdotal, de los cuales la mayor parte del tiempo lo ha pasado en África.
En su homilía el padre destacó el don del sacerdocio y agradeció a Dios la oportunidad que le dio de servirle por medio del ministerio sacerdotal.
La misa fue emotiva, pues comenzó con la entrada de banderas de los países donde tiene sede el Instituto para Misiones Extranjeras Santa María de Guadalupe, que labora en los continentes asiático, africano y americano.
Además, en su homilía, el padre Carlos May hizo un recuento de su camino al sacerdocio, desde que decidió ingresar al Seminario Conciliar de Yucatán, en septiembre de 1979, hasta que se integró a los Misioneros de Guadalupe.
Luego, el párroco de El Buen Pastor, Pedro Echeverría, también dirigió un mensaje a los feligreses y al padre Carlos, a quien conoció en el Seminario Conciliar, cuando ambos estudiaban la preparatoria en ese instituto.
Finalmente, el padre Lenny Leonardo Fernández Quituc, misionero de Guadalupe y promotor vocacional de la región Sureste, con sede en Villahermosa, también habló y le deseó al padre Carlos que le den un cargo para que se quede en México.
En el Seminario de Mérida el padre estudió segundo y tercero de preparatoria y en 1980 se fue al seminario misionero, donde acabó su formación sacerdotal y se ordenó el 21 de julio de 1990.
El padre es originario de Valladolid y misionero en Kenia, áfrica; vino a Mérida antes de participar en el Décimo Capítulo General de los Misioneros de Guadalupe, que se llevará al cabo en la ciudad de México, a partir del 3 de enero próximo. El sacerdote viajó como delegado de la misión que está en Kenia.
Actualmente, el padre Carlos es párroco de Cristo Rey, en Kibera, Kenia, en donde hablan la lengua kiswahili y el idioma inglés.
Después de la misa, “bajo engaño”, los familiares del padre Carlos lo llevaron al Salón Líbano, en donde le dijeron que lo invitaban a comer, pero al entrar al recinto fue recibido con aplausos por sus familiares y amigos, que le organizaron una fiesta sorpresa.