MÉRIDA.- Cerca del hospital “Ignacio García Téllez” del IMSS, mejor conocido como “la T-1” en el rumbo de El Fénix, existe un comedor independiente para personas necesitadas, que opera sin apoyo oficial y sin mayor interés que ayudar a quienes necesitan de alimento y techo eventual.
Un grupo de señoras se ha dado a la tarea de preparar alimentos y servirlos a personas con familiares internados en el hospital. Desde hace dos años empezaron llevando café, pan o sándwiches a la gente que por días permanece afuera del área de urgencias porque no tiene otra opción.
Diez vecinas se organizaron y decidieron buscar una casa cercana, para rentarla y desarrollar mejor esa labor de ayuda. La encontraron a unas cuadras del hospital, en la 26 por 39 y 39-A de la colonia Máximo Ancona, donde gente de otros estados cuenta con un lugar donde bañarse, comer y, a veces, dormir.
Se sostienen de recursos propios y donativos, aunque reconocen que estos últimos son muy escasos. Empezaron con una pequeña parrilla de dos quemadores y resultaba complicado cocinar para mucha gente. Recientemente recibieron una estufa usada.
Esta labor llegó a oídos del diputado por Mérida Francisco Torres Rivas en una reciente reunión con integrantes de la agrupación “Mujeres con Valor”, donde le solicitaron su apoyo.
El legislador del PRI llevó esta misma semana cobertores, enseres de cocina, granos, cereales y pastas, ya que no reciben algún apoyo de Gobierno o instituciones, sino que es un grupo ciento por ciento vecinal y voluntario.
La señora Marisela Lugo Zapata recibió los apoyos en el domicilio e informó que actualmente ya atienden a unas 40 personas al día. “Pretendíamos dar cenas, pero por el momento sólo desayuno y almuerzo porque no hay más dinero”.
Relató que la casa es rentada en una cantidad simbólica, como un apoyo por parte de la dueña, que de esta manera también colabora.
Torres Rivas destacó que cuando la sociedad se organiza puede resolver muchas necesidades de su comunidad sin necesidad de esperar a que el Gobierno las solucione.
“A esas personas hay que apoyarlas primero, para multiplicar esa ayuda hacia las demás. Hay que ayudar a quien ayuda”.
Marisela Lugo, quien junto con la señora Gladys Basulto y otras vecinas inició este proyecto al ver que mucha gente “se queda estacionada afuera del hospital hasta 15 días cuando sólo vinieron preparadas para uno o dos, y ya se les gastó el dinero para pagar un cuarto”.
Relató el caso de una señora -que en ese momento ahí desayunaba- quien llegó a Mérida con su hija enferma de leucemia y dinero para dos días de comidas y alojamiento. Su estancia se ha prolongado por un mes en la acera del IMSS.
“Vienen por unos días pero su estancia a veces se prolonga por semanas, por alguna complicación o porque su familiar requiere algún tratamiento más extenso”.
Se les obsequia incluso ropa para cambiarse y un lugar digno para descansar momentáneamente. La comida se cobra simbólicamente, pero si no tienen dinero tampoco es inconveniente.
Por el momento urge un refrigerador, que “Panchito” Torres ya gestionó con algunos empresarios.
El diputado dijo que es un ejemplo de gente que sólo requiere un pequeño impulso o ayuda para hacer mejor su labor. “No queda sentada a esperar que sucedan las cosas, sino que actúa. Y ahí estamos nosotros para apoyar”.