Mérida.- La modernidad y la falta de espacios en las casas ha propiciado que los mucbil pollos del Hanal Pixán se manden a hornear en la ciudad, pero Mérida aún conserva la tradición de hacer los pibes enterrados en las comisarías y hasta en algunas colonias, en lo que constituye un baluarte que no se debe perder, afirma el diputado Mauricio Vila Dosal.
Invitado el pasado fin de semana por vecinos de la comisaría de Caucel, el legislador constató el proceso de elaboración de los pibes, el ritual que se realiza para honrar a las animas y hasta participó desenterrando los mucbil pollos, en una convivencia que reafirmó la vigencia de esta milenaria tradición.
“Lo importante de esta celebración es que sirve de vínculo familiar, contribuye a mantener el arraigo por nuestra tierra y reafirma nuestra identidad. Esto es parte de los valores que he impulsado como diputado”, apunta el legislador, presidente de la Comisión de Medio Ambiente del Congreso.
Invitado por Don Lino (me falta el apellido), Vila Dosal acudió a su casa y ahí le platicaron que desde muy temprano las mujeres se levantan para comprar todos los ingredientes, desde la carne de pollo, puerco, hasta las verduras y especias que se necesitan, todo tiene que ser fresco.
La elaboración de los pibes pareciera un procedimiento sencillo, pero no es así, requiere de la participación de muchas personas, desde prepararlos hasta elegir el lugar donde se hará el hueco para que se cocinen bajo tierra, comenta el diputado.
Mientras se está cocinando, los hombres comienzan a buscar el lugar donde van a hacer el hueco para cocerlos, se coloca la piedra que es calentada con leña para después depositar el pib y cubrirlo con hojas y tierra, el proceso de cocción es de 2 a 3 horas, en lo que esperan se procede a prepara la mesa donde se colocarán los alimentos y bebidas.
El legislador señala que más que un proceso es un ritual el que realizan para el Hanal Pixan, porque no solo es la comida, sino que va más allá, desde la limpieza de la casa, vestir el altar donde se depositan los alimentos y bebidas que le gustaban a los difuntos, como dulces, pan, café, cerveza o botella de licor, agua y velas.
En la charla con los vecinos, el diputado Vila Dosal reconoció la participación de toda la familia, ya que cada uno de ellos tuvo un papel importante a desempeñar en todo el proceso, “todos tienen una tarea a realizar, eso es muy importante porque no solo los enseña a ser responsables, sobre todo en los niños, sino que los hacen parte de esta tradición que debemos de conservar y transmitirla a las nuevas generaciones”.
Luego de la espera, el legislador ayudó a los anfitriones a desenterrar los pibes, para luego acompañarlos a disfrutar de este manjar, agradeciendo a don Lino y su familia de recibirlo y permitirle participar en esta tradición que, insistió, se debe conservar porque es parte de nuestras raices.