El Coliseo Yucatán  se estrenó como lugar para corridas de toros, pero no es adecuado para ellas. (grillo porteño)
El Coliseo Yucatán se estrenó como lugar para corridas de toros, pero no es adecuado para ellas. (grillo porteño)

MÉRIDA.- El Coliseo Yucatán se estrenó como plaza de toros y logró una entrada de poco más de cinco mil personas, entre ellos funcionarios y políticos, que suelen asistir a las corridas, aunque ese escenario es inapropiado para la fiesta brava, ya que la barrera está muy alejada del ruedo y por tanto de las faenas.
Los organizadores vendieron los asientos del segundo nivel, como si fueran de barrera, a partir de $1,300, pero la altura y la distancia del ruedo es bastante, de modo que el aficionado queda lejos de las faenas, contrario a lo que sucede en la Plaza Mérida, en donde un boleto de barrera de cuarta fila es un excelente lugar para disfrutar de la corrida.
La intimidad que propicia la Plaza Mérida, al tener cerca al torero y al toro, es un componente especial que le da sabor a una corrida y, por supuesto, el aficionado disfruta más del toreo. Para ser precisos: un aficionado que va a la Plaza Mérida y paga un boleto de sol o de sombra, aunque esté en lo más alto del coso disfruta mejor que uno que paga $1,300 por un boleto de “barrera” en el Coliseo.
La estructura del Coliseo impide al aficionado de “barrera”, sin mencionar al de gallola, ver lo que sucede durante una faena si el toro, como suele suceder, busca la querencia de las tablas.
Por donde se le mire el Coliseo Yucatán no es apto para disfrutar de la corrida: los precios de barrera, que no es barrera sino segundo nivel, ya que antes están los palcos, resultan excesivamente caros si tomamos en cuenta que no es un lugar preferencial como en la Plaza Mérida, sino de segundo nivel.
Además, la misma estructura impide disfrutar de las corridas cada vez que el toro busca las tablas, que no son tablas, y todo ahí es más caro: una cerveza vales $30 y un whisky $140; además, a pesar de que uno ya pagó su boleto, en el estacionamiento también te dan un estoconazo de $30,
En esta ocasión, no sé si por que se presentaba un buen cartel o por la presencia de Michelito, que parece que ya dio todo lo que tenía que dar, al Coliseo asistieron muchos villamelones, de esos a los que el cronista taurino Heriberto Murrieta llama “caza carteles” o mucha gente que sólo le gusta presumir que fue a la corrida, pero no sabe nada de toros.
Sin embargo, muchos de los verdaderos aficionados a la fiesta breva se dieron cita, entre ellos varios políticos. Ahí estuvieron el director del DIF Yucatán Limber Sosa Lara y el director de aeropuertos regionales de ASUR, Héctor Navarrete Muñoz.
También estuvieron en la corrida el político Vallisoletano Liborio Vidal Aguilar y a unos 30 metros de distancia estaba su sobrino Jesús Vidal Peniche, delegado del CDI. Más arriba estaba el director del penal meridano Francisco Brito Herrera. También estuvo Carlos Pasos Novelo, director general de la Agencia de Administración Fiscal, y el ex alcalde de Motul Juan Antonio Centeno Sánchez, funcionario del Cecitey.