Mérida.- Con el sonido del tunkul, tambor y jobom paax, que estuvo acompañado de olor a copal y agua bendita, el sacerdote maya Edgar Francisco Peraza Chan realizó una ceremonia para pedir permiso a la madre naturaleza y bendecir el inicio de la tercera edición del Festival Internacional de la Cultura Maya (FICMaya) 2014, que en esta ocasión tiene como tema “La arquitectura en el tiempo y el paisaje del Mayab”.
En el marco del inicio de las actividades académicas de este magno evento, el también médico tradicional llevó a cabo el rito en la explanada del Gran Museo del Mundo Maya de Mérida para contar con la venia de las deidades durante el cumplimiento de un nuevo ciclo de esta fiesta, en la que se representa la cosmovisión de los ancestros.
En un ambiente de misticismo y solemnidad, la ceremonia comenzó con la colocación de los elementos en la “mesa de oro”, en la que se plasma una cruz de velas de diversos colores, en donde el rojo simboliza la salida del sol, el negro en el que se oculta el astro rey, y el blanco y el amarillo representando la entrada de los cuatro caminos de los que provienen el espíritu de nuestros abuelos y se ubica la entrada de los cuatro ángulos de la Tierra.
“Pedimos permiso a la Madre Tierra quien nos da el alimento, el viento nos da el aliento, el agua el sustento y el sol la energía”, indicó el sacerdote.
Con este culto ancestral, los descendientes de esta antigua civilización le rinden tributo y veneración a la naturaleza como la deidad materna, recordando que el hijo es el hombre, la planta es el árbol, el animal y el espíritu es el viento, nuestro aliento, y finalmente nuestro padre, la energía de los cosmos.
Durante el ritual, Peraza Chan utilizó el copal y el incienso para quemar el dióxido de carbono y de esta forma hacer que regrese a las plantas, de una manera limpia y pura, para que ésta la devuelva en forma de oxígeno.
De igual forma se usó el agua como emblema de que somos seres humanos y estamos compuestos por los cuatro elementos, tierra, fuego y aire, además del ya mencionado.
Mientras se dejaban escuchar las oraciones en lengua maya, la sabiduría de nuestros ancestros era representada con una serpiente de sosquil, como genética que traemos en el ADN de nuestros antepasados.
La ceremonia de apertura, que atrajo la atención de propios y extraños, marcó el inicio de las actividades del Festival, que se realizará del 17 al 26 de este mes y que en esta edición contempla más de 300 eventos artísticos, culturales y académicos.