El crucero Carnival Triumph  con miles de pasajeros que disfrutaron del buen ambiente en Progreso. (grillo porteño)
El crucero Carnival Triumph con miles de pasajeros que disfrutaron del buen ambiente en Progreso. (grillo porteño)

PROGRESO.- El crucero Carnival Triumph llegó ayer miércoles con 3,120 pasajeros, que alegraron el día en el puerto, pues realizaron compras, consumieron cervezas, botanas y rentaron motos terrestres con los que recorrieron la ciudad y el malecón.
Según fuentes turísticas, la próxima semana se normalizaría el arribo de dos cruceros semanales, pues reanudaría su llegada a este puerto el Carnival Elation, que estuvo fuera de servicio para que reciba mantenimiento general en un astillero de Estados Unidos.
El Carnival Elation arribaría el próximo miércoles procedente de Nueva Orleans, en tanto que el Carnival Triumph retornará el lunes, procedente de Galveston.
La llegada del Carnival Triumph dio vida al malecón, pues los pasajeros comenzaron a recorrer las playas desde las 9 de la mañana y la afluencia de turistas se mantuvo hasta las dos de la tarde, cuando la mayoría de los turistas retornó al barco, que zarpó a las 4 de la tarde con destino a Cozumel.
Para los prestadores de servicios, artesanos y vendedores la llegada del Carnival Triumph representó un respiro porque los pasajeros de ese barco turístico gastaron.
A quienes le fue bien fueron a las masajistas, pues los seis módulos instalados en la playa tuvieron clientela durante casi toda la mañana; a las 11 horas se pudo observar que 50 pasajeros estaban recibiendo masajes relajantes en esos módulos, lo que también representó un alivio para las masajistas que en esta semana sólo tuvieron esos ingresos.
Ricardo López, vendedor de máscaras mayas, ofreció en 60 dólares tres de esas artesanías labradas en madera de cedro, precio que le pareció atractivo a una familia de turistas extranjeros, en tanto que Mario López no perdió su tiempo en vender globos de figuras entre los niños turistas.
Los guitarristas también aprovecharon la presencia de los numerosos pasajeros que estaban en las palapas del malecón y cantaron “La Bamba” y “Cielito Lindo”, de modo que los turistas les regalaron propinas de cinco y diez dólares.