14MÉRIDA.- Antes de viajar a la gran China, el gobernador Rolando Zapata Bello hizo una parada técnica para revisar cómo va la aceitada a la maquinaria del PRI, con miras al inicio del proceso electoral; y bueno, el presidente de ese instituto político, Carlos Pavón Flores, terminó con un jalón de orejas por haber hecho la tarea a medias.
Resulta que el sábado 4 de octubre, alrededor de las 11 de la mañana, el mandatario estatal se reunió con los integrantes de la estructura partidista, a fin de darles un mensaje y fijar su postura con respecto a la contienda que se avecina.
Sin embargo, cuando Zapata Bello notó que había algo raro entre la audiencia preguntó si los dirigentes de los 106 comités municipales habían asistido. El grito fue de sí rotundo, pero entonces les pidió que se levantaran y, ¡oh!, sorpresa, con trabajos y se pusieron de pie unas 60 personas.
Entonces repitió el ejercicio con los representantes de seccionales y el resultado fue el mismo: había menos personas de las que debería, si acaso unas 40. Y así también ocurrió con los delegados partidistas, de quienes ni siquiera una quinta parte estaba presente.
De manera discreta, pero clara, el “primer priista” en Yucatán le dirigió algunas palabras poco halagadoras a Pavón Flores, quien nomás puso cara de “ya ni modo”.
En el mensaje a sus correligionarios, el titular del Ejecutivo señaló enfáticamente que deben estar preparados para ajustarse a las nuevas reglas electorales, que la lucha hacia fuera no será nada sencilla y cada candidatura deberán ganársela a pulso los hoy suspirantes, o sea, nada de graciosas concesiones porque alguien tenga “apellidos de abolengo político”.
La llamada de atención al presidente del CDE del PRI no fue cosa menor, sobre todo cuando está en juego lo que sería el juicio en las urnas al desempeño del gobierno “rolandista”, en contraposición al de su antecesora.