Mérida.- La puesta en operación de la planta separadora de desperdicios sólidos es una buena oportunidad para convertir en gratuito el servicio de recoja de basura en la ciudad de Mérida y sus comisarías.
Las ganancias que se obtendrán del proceso de separación y reciclaje de la basura parecen ser suficientes para poder dar el servicio sin costo a todos los meridanos, como actualmente se ofrece a familias marginadas y jubilados.
El diputado por Mérida Francisco Torres Rivas considera viable la propuesta de no pagar por el servicio de recoja, como hace unos días hicieron público los regidores del PRI, quienes anticiparon que harán la entrega formal del proyecto ante el Cabildo.
Torres Rivas expuso que en sus recorridos por las colonias es común escuchar quejas por el servicio y que además los empleados piden “para sus refrescos” o, de lo contrario, no se llevan todas las bolsas de basura.
El legislador señaló que el mal servicio que se presta ocasiona que los animales callejeros rompan las bolsas de basura y las amas de casa tengan que hacer un doble gasto y doble trabajo al comprar más bolsas y volver a empacar los desechos.
“Es algo que tiene molestos a los meridanos y es una queja recurrente en las colonias –afirmó-, además de que se trata de un asunto de salud pública”.
Torres Rivas considera que una solución sería colocar contenedores comunitarios en la vía pública, como en algunas avenidas o calles principales, en donde todos los vecinos puedan depositar sus basuras y así no tener que dejarla en las puertas de sus casas, en espera de que pase el camión recolector.
Esta propuesta incluye renovar en forma paulatina el parque vehicular, con unidades dotadas de plataformas elevadoras, de modo que el contenido de los depósitos sea vertido en el camión sin la intervención de más empleados que el propio operador del vehículo.
Existen ciudades donde los desechos son depositados por los ciudadanos en contenedores situados en la vía pública y la recoja se realiza durante la noche y madrugada, sin más empleados que el conductor de la unidad.
“Esto significaría un ahorro en sueldos y que el factor humano no intervenga para hacer una separación anticipada a bordo de los camiones, como actualmente ocurre, y así pueda generar ganancias la planta de separación”.
Dichos empleados de las empresas recolectoras tendrían acomodo en la planta, que incrementaría sus volúmenes de procesamiento, y sus familias seguirían contando con un salario seguro, con una labor legal y ordenada.
“La basura es un negocio. Prácticamente todos los desechos son aprovechables y representan dinero: vidrio, papel y cartón, plástico, envases ligeros, baterías, textiles, metales, llantas, etcétera”.
Incluso, añadió, los residuos orgánicos provenientes de la poda de jardines y que los empleados cobran una tarifa extra por llevárselos, algo que molesta a los ciudadanos.
Francisco Torres señaló que el propio Ayuntamiento de Mérida practica la pepena en sus unidades antes de llegar a la planta de separación, lo cual disminuye las utilidades “oficiales” y aleja la posibilidad de un servicio gratuito para todos los meridanos.
Dijo que el nuevo sistema de recoja puede incluir el retiro de animales muertos en la vía pública con unidades que llevan incorporados equipos automáticos y máquinas desinfectantes.
En el caso de la basura de hospitales y clínicas se concesionaría el servicio a una empresa especializada.
Por último, “Panchito” Torres expuso que aún existen quejas de vecinos por camiones que derraman sus lixiviados en la calle, lo cual está prohibido en el reglamento municipal en su artículo 57.
Asimismo el artículo 56 prohíbe transportar los residuos fuera de las cajas de las unidades de recolección, como algunas empresas que transportan bolsas con desechos separados y que también ha sido denunciado por los regidores del PRI.