Mérida.- El Juzgado Séptimo Penal sentenció a tres años, diez meses y quince días de prisión a la empleada doméstica chiapaneca Rubí Guzmán Velazco, quien dejó morir a su hijo tras dar a luz en un baño.
El titular de ese juzgado, Jorge Andrés Vázquez Juan, le aplicó el grado de culpabilidad mínima a la mujer, al parecer porque tomó en cuenta las raíces indígenas de la joven y la evidente ignorancia de sus acciones.
Además, el juez reclasificó el delito, de homicidio en razón de parentesco, al de homicidio por culpa.
Se informó que el homicidio por culpa se castiga con pena de tres meses a siete años y medio de prisión, mientras que el otro delito tiene una pena de los 30 a los 40 años de prisión.
Se le concedió el beneficio sustitutivo de sanción privativa por el de semilibertad, a cambio de trabajos a favor de la comunidad, equivalentes a 487 jornadas.
Sin embargo, no se le aplicó el pago de caución, multa o condena condicional.
Este caso llamó la atención en su momento porque la hermana de la mujer, Ana Guzmán Velazco, purgó una condena de 10 años de prisión desde el 10 de junio de 2004, también por haber asesinado a su bebé recién nacido.
La autopsia del infante reveló que el neonato murió ahogado en el inodoro, aunque la doméstica declaró que no hizo nada por su hijito recién nacido porque pensó que nació muerto, además ella estaba muy débil y se desmayó.
Mencionó que sí quería tener a su bebé, pero cuando le comenzaron los dolores de parto fue al inodoro y dio a luz inesperadamente.
El niño cayó a la taza del baño y lo dejó ahí porque pensó que estaba muerto, ya que no lloró, ni se movía Ella estaba muy débil y perdió el conocimiento en el cuarto de servicio.
Al amanecer tampoco hizo nada por el bebé, su puso a trabajar en la casa principal, pero se sintió mal y los patrones la llevaron al hospital, descubriéndose lo sucedido.
La joven dijo que el padre era Pedro Pool Cauich, quien trabaja de jardinero en un predio cercano al que ella laboraba y quien presuntamente estaba dispuesto a apoyarla.
Los hechos ocurrieron el 8 de julio del 2013 en la residencia número 79 de la calle 1 entre la 2-B y 4 del fraccionamiento Montecristo