8.8Mérida, Yucatán. En el municipio de Sinanché existe una de las comunidades sustentables más exitosas del país, a través del proyecto “Rescate y desarrollo de los recursos naturales del solar”, que se inició en 1994, respondiendo a una demanda planteada por la propia comunidad. 

La Universidad Autónoma de Yucatán, a través del Centro de Investigaciones Regionales Dr. Hideyo Noguchi, y la Fundación W.K. Kellogg, iniciaron el proyecto que desde su inicio estaba enfocado al fortalecimiento de las capacidades de producción de alimentos a nivel del solar y con el fin de mejorar la seguridad alimentaria de las familias de esa comunidad.
Se inició con 186 familias y debido a la buena aceptación, en 1998 se pudo extender a 22 comunidades más, de siete municipios. Así, en un lapso de 4 años se atendieron a 2,545 familias que representó la atención a 10,943 habitantes, un 26.4% de la población total.
En este proyecto, se capacitó a las familias a mantener un solar, o huerto familiar, cuyos productos sirven para el autoconsumo de la comunidad y para vender los excesos y obtener ganancias monetarias.
“Las universidades públicas, además de generar conocimiento, deben acercarlo a las comunidades, de manera que generen beneficios en la calidad de vida de la población. El caso de Sinanché es un ejemplo de lo que se puede lograr con una intervención comunitaria multidisciplinaria, que involucre a toda la comunidad universitaria y que trabaje en colaboración con la misma comunidad” comentó Jorge Zavala Castro, director del CIR-UADY. “Si bien, el programa nació en el CIR, como una propuesta del Dr. Ángel Lendechy Grajales, se ha convertido en un proyecto institucional en el que la universidad ha contribuido e impactado en la sociedad de manera positiva, el cual debe ser uno de los objetivos de las universidades públicas” agregó.
El proyecto de comunidades sustentables ha sido tan exitoso, que a partir de 2002 la acción de la UADY disminuyó significativamente, con el objeto de dejar el proceso en manos de los pobladores, por lo que se buscó un proceso de fortalecimiento de la organización de las comunidades a través de la constitución de la “Cooperativa La Esperanza”. Esta es una cooperativa de ahorro y microcréditos que tuvo su origen a través de la creación de un pequeño fondo revolvente de 2,500 pesos, con 16 socios que inicialmente benefició a tres familias. Actualmente la cooperativa cuenta con 1,647 socios activos y con un capital que supera los 4 millones de pesos. La cooperativa es autosuficiente y sostenible, ya que tanto el Consejo de Administración como el Consejo de Vigilancia están integrados por los propios socios de la Cooperativa y sin la intervención de académicos de la UADY.
En 2010 se constituyó la “Cooperativa Puntos Verdes”, como parte de las demandas de la comunidad para resolver el problema de la comercialización de sus productos. Esta Cooperativa tiene dos objetivos:
1. Mejorar las condiciones de vida de los socios y sus familias, a través del fortalecimiento de las capacidades de producción, gestión y comercialización de los bienes y servicios teniendo en cuenta el cuidado del medio ambiente.
2. Crear un escenario de aprendizaje donde los académicos y alumnos, realicen acciones encaminadas al desarrollo de competencias en diferentes disciplinas.
El proyecto iniciado en Sinanché, por parte de la UADY ha impactado en importantes iniciativas y programas, de tal suerte que el solar ha servido de inspiración. Los huertos de traspatio en comunidades rurales sigue siendo una alternativa para mejorar la seguridad alimentaria de las familias y su práctica se ha replicado en diversos programas de desarrollo gubernamental y social.