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Iglesia de Tizimín. (grillo porteño)

TIZIMIN.- Ayer en la noche, poco antes de las nueve, fue hallado sin vida el cuerpo de Miguel Ángel Cocom Chan, de 42 años de edad, que estaba dentro de un pozo de 25 metros de profundidad, ubicado en el local del Sindicato Único de Trabajadores de la Carne, Similares y Conexos de la República Mexicana.
El hallazgo del cadáver ya en estado de putrefacción se hizo debido a que vecinos de la calle 51-B entre 66 y 70 reportaron a la policía municipal que de un predio de esa calle salía un olor muy fétido y los agentes acudieron al sitio a investigar y durante la revisión se llevaron una tremenda sorpresa, pues al alumbrar con una linternas el interior del pozo vieron que en el fondo había un cuerpo.

De inmediato avisaron a la Ssecretaría de Seguridad Pública y a la Fiscalía General.
El ahora occiso estaba reportado como desaparecido desde el miércoles pasado y sus familiares habían tratado de localizarlo por diversos medios, incluso con anuncio en la radio.
Miguel Ángel salió de su casa desde el miércoles, sin embargo saben que cuando salía regresaba a la mañana siguiente, debido que se es un bebedor consuetudinario. Sin embargo, en esta ocasión no volvió al día siguiente y sus familiares se preocuparon.
En la radio local se pedía la colaboración de la población en general para quien lo hubiera visto le avisara a sus familiares o llamar a la policía. Cuando salió de su casa vestía una playera de color blanco y pantalón de mezclilla y chancletas duramil.
El hallazgo ocasionó una amplia movilización policiaca y de unidades del cuerpo de Bomberos, lo que llamó la atención de los vecinos, quienes desde las puertas de sus casas y en la calle observaban las diligencias.
A las 9:30 de la noche el lugar fue acordonado, en lo que se esperaba la llegada de los peritos criminalistas, personal del servicio médico Forense.
Poco antes de las 10 de la noche, un grupo del cuerpo de bomberos y rescate comenzaron la tarea de rescatar el cuerpo, lo que lograron a las 11, ayudados con cuerdas. El cadáver ya estaba en proceso de descomposición y los familiares del muerto lo reconocieron por los tatuajes que tenía en el cuerpo, ya que el rostro estaba desfigurado.
El cuerpo fue colocado en una camilla y un vehículo del Servicio Médico Forense lo llevó a la morgue para que se realice la necropsia de ley.