PROGRESO.- La suerte y la viveza de tres niños que estaban solos impidió daños mayores en la casa de José Luis Córdoba y Liria May, pues al ver que se incendió un cuarto, los menores salieron a la calle y le avisaron a los vecinos, quienes llamaron a la policía y a los bomberos.
El saldo del incendio fue de una cama quemada totalmente y la ropa del niño José Luis Córdoba May, pues el siniestro fue en el cuarto del menor.
Los esposos, que llegaron a la casa avisados del siniestro, le explicaron a la policía municipal y bomberos que durante toda la noche estuvieron usando la computadora y presumen que el equipo se calentó y sobrevino el corto circuito que alcanzó el cuarto de su hijo.
En el momento del incendio, a la una de la tarde, José Luis Córdoba estaba en su trabajo y Liria May había salido a realizar una diligencia, de modo que sólo estaban los menores José Luis y sus primas Laura Córdoba, de 10 años de edad, y la hermanita de ésta, Inés Guadalupe.
“Se quemó mi cama y mi ropa”, exclamó llorando el niño José Luis Córdoba May, luego de reponerse del susto y de ser atendido por paramédicos de la Cruz Roja que llegaron al predio, ubicado en la calle 60 entre 29 y 31, en donde un corto circuito ocasionó el incendio en la planta alta.
El cuarto donde ocurrió el incendio ayer es de José Luis, de 10 años de edad y por eso desconsolado lloraba, porque el fuego consumió por completo la cama y su ropa. Abrazado de su perro y sin camisa, el menor no paraba de llorar, mientras su prima de Inés Guadalupe Córdoba Manzano, observaba las labores de los tragahumos.
Cuando comenzó el incendio, en la planta baja de la casa estaban las dos niñas y en la planta alta estaba José Luis, quien veía televisión en el cuarto de sus papás.
El fuego arrasó con la cama y con la ropa del menor de edad, quien al sentir el humo y olor a quemado salió del cuarto de sus papás, bajó donde estaban sus primas y luego salieron de la casa; desde la calle vieron el fuego que salía de las ventanas.
Vecinos avisaron a la policía y al poco rato llegaron los bomberos, quienes de inmediato subieron a la planta alta para sofocar el incendio y sacaron lo que quedó de la cama de José Luis. Cuando los tragahumos ya habían controlado la situación llegó Liria May, al poco rato arribó su esposo quien entró a la casa y sacó a un perro.
A los niños, quienes sólo se asustaron al ver el fuego en un cuarto de la planta alta del predio, los atendieron los paramédicos
Varios vecinos dijeron que a Liria May le ha llovido sobre mojado, pues hace dos meses murió su papá y hace 15 días uno de sus sobrinos tuvo un accidente y se lesionó.- J.G.R.