Mérida.- La senadora panista Rosa Adriana Díaz Lizama no compareció ante el Juzgado Sexto Penal para carearse con Luis Javier Velázquez Presuel, acusado de robarle dinero y alhajas a la funcionaria.
Tampoco asistió a ese tribunal “la hija de la senadora, Ingrid del Pilar Santos Díaz, quien organizó la fiesta y el “after” que terminaron con el robo de las alhajas, valuadas en poco más de 2000,000.
El abogado defensor de Velázquez Presuel, el licenciado
Emiliano Zapata, presentó testigos a favor de su cliente.
La senadora y su hija aparentemente no fueron localizadas, aunque se les dejó la notificación de que debían acudir.
Ahora, tendrán nueva cita hoy lunes y al menos la senadora debe ir porque debe predicar con el ejemplo respetando las leyes que, como legisladora, se encarga de crear, enmendar o reformar.
Aún tiene la posibilidad de que ella fije la fecha de su comparecencia,por su encargo político.
El juez emitirá en los próximos días un veredicto para saber si el sujeto es procesado, es decir si se le dicta el auto de formal prisión o es dejado en libertad por falta de pruebas.
Como informamos, el 17 de enero del año pasado, Ingrid Pilar Santos Díaz, organizó repentinamente una “party” en casa de la senadora, en la calle 24 B entre 11 y 13 de la colonia Maya, en Mérida.
Como su madre estaba en la capital, la joven aprovechó la ausencia para invitar a sus amigos más cercanos, aunque también llegaron algunos colados y el joven Velázquez Presuel, a quien ella conoció en la prepa.
Como la fiesta no prendió, todos decidieron ir al “Cantabar”, donde se embriagaron y luego retornaron a la casa de la senadora para el “after”.
Más tarde, Luis Javier le preguntó a la anfitriona si tenía unas bocinas más grandes para oír mejor la música, por lo que ella le dijo que fuera a la habitación de su madre y sacara las que estaban ahí.
El sujeto revisó el closet de la funcionaria y vio en una caja dos fajos de billetes y unos alhajeros llenos de prendas de oro, varias con incrustaciones de piedras preciosas y diamantes.
En ese momento no tomó nada, pero a las cinco de la mañana, cuando todos estaban ya muy ebrios dijo que iba al baño en la planta alta porque el de abajo estaba ocupado.
Sin embargo, fue al cuarto de la senadora y se apoderó del dinero y la mayoría de las alhajas.
Más tarde, como todos, se fue a su casa y luego a curar la cruda.
Durante los días siguientes se gastó el dinero en fiestas, discos y “table dance”¡ además de que empeñó las alhajas por 19 mil pesos, en una casa de empeños de la colonia Melitón Salazar.
El 5 de febrero llegó Rosa Adriana a su casa y descubrió el robo, percatándose de una botella de Whisky a medio beber, por lo que denunció y se tomaron las huellas dactilares halladas en el “pomo”, con lo que se logró identificar al ladrón. Formal P.-