Mérida.- Tras ser descubierta por sus patrones, una empleada doméstica meridana inventó que el hombre que estaba con ella era un asaltante cuando en realidad era su novio que había ido a visitarla sin permiso.
Es más, la joven no solo acusó a su enamorado de quererla asaltar, sino que se adornó delante de sus patrones y de los policías diciendo que había luchado cuerpo a cuerpo con el presunto ladrón, aun cuando éste estuviera armado.
El que pagó los platos por la ocurrencia de la doméstica fue el novio.
Identificado como José Adrián Pech Koh, de 25 años, ya que fue detenido y enviado a la Fiscalía,a cusado de intento de robo, allanamiento de morada, lesiones y otros tantos delitos que surgieron tras el relato de la mujer.
Todo inició el martes, cuando la SSP recibió el reporte de que un sujeto se introdujo a robar en una casa de Santa Gertrudis Copò y al ser descubierto, atacó a la empleada doméstica.
Al llegar los agentes al sitio, en la calle 7-B por 20 de esa subcomisaría, la doméstica, quien estaba ya con sus patrones, dijo que el asaltante tomó un cuchillo e la cocina y quiso herirla, pero ella se defendió, forcejeó y logró desarmarlo.
La joven dio la descripción del presunto asaltante, mismo que resultó ser José Adrián, quien fue detenido minutos después cuando se alejaba de la zona en el su vehículo placas YZR7267, mismo en el que llegó momentos antes a la residencia.
Tras las investigaciones y el interrogatorio al sujeto y a la doméstica, la autoridad se descubrió la verdad de lo sucedido.
Primero, en la inspección en el lugar se se determinó que Pech Koh entró por una ventana que no estaba forzada, ya que usualmente entraba por ese sitio, cada vez que iba a su visita.
Sin embargo, el problema ocurrió cuando llegó el patrón a la casa y el novio prohibido tuvo que salir corriendo, por lo que la doméstica inventó lo del asalto.
Ahora, la Fiscalía solo puede acusar al sujeto de allanamiento de morada, pues entró sin permiso a la casa, por lo que el detenido recuperaría de inmediato su libertad y la doméstica, seguramente, perderá su trabajo, pues la confianza de los patrones ya la perdió. Formal P.-