Mérida.- Contrario a la imagen que se tiene de los cursos que se aplican en este período vacacional, el programa “Descubre un verano con tu Ayuntamiento” no está dirigido sólo a los niños sino que amplió su abanico de oportunidades de entretenimiento y aprendizaje a otras edades y sectores de la sociedad, como los adultos mayores.
Consciente de que también las personas de edad avanzada requieren entrenamiento e incluso conocer cómo manejarse mejor en esta etapa de la vida, sobre todo la alimentación y cuidados requeridos, el Ayuntamiento organizó por vez primera un curso especial en el que participan 75 adultos mayores en el Centro de Desarrollo Comunitario Renacimiento, ubicado en la calle 163-A, entre 82 y 76, de la colonia Emiliano Zapata III, al sur de la ciudad.
Se trata de un programa piloto, que durará sólo una semana en esta ocasión, pero que ha tenido magnífica respuesta de los adultos mayores.
La diversión y el buen ambiente se palpan al llegar a las instalaciones del centro. Divididos en grupos, los adultos mayores van rotando en las diferentes actividades. En los jardines, un grupo practica meditación y posiciones de yoga, mientras otros juegan con una pelota, ensayan porras y ríen.
Más allá, en un espacio techado, un grupo más baila salsa, zumba y otros ritmos. Es imposible no contagiarse con el entusiasmo y con el ritmo que se sienten en este lugar.
De los 75 adultos inscritos en el curso, sólo siete son varones… Rodeados de 68 mujeres dejaron “la pena en casa” para lanzarse también a disfrutar las actividades recreativas.
Uno de los caballeros más entusiastas en el grupo de baile es don César Augusto Marrufo Chan, vecino de la Emiliano Zapata I.
—Yo siempre me he sentido con ánimo, desde chamaco me ha gustado el deporte, andar en bicicleta, nadar… y aunque al baile no le hago mucho, me encanta y me divierte —manifestó.
Considera que el programa que ofrece el Ayuntamiento en este curso es muy adecuado para la edad de los participantes y afirma que una de las actividades que más le gusta es la de jugoterapia, donde les enseñan las propiedades de frutas y verduras y la manera de combinarlas en jugos para cubrir diferentes necesidades.
—La jugoterapia y la bailada me han encantado, en cuanto a la relajación no tanto porque me duermo —señala al tiempo que rie.
El Sr. Marrufo Chan indicó que se enteró del curso de verano en el mismo centro Renacimiento, a donde acude normalmente a fisioterapia por problemas en la rodilla y el cuello.
A un costado de la “pista de baile”, la señora Blanca Huchim observa sentada a los bailadores y marca el ritmo con los pies. Participa en algunas de las actividades del curso de verano, pero por el momento no puede bailar por un problema en la espalda.
—Hoy nos toca terapia en la piscina y eso sin duda será muy bueno para mí —dijo.
Nelba Esther Pérez, otra participante, señaló que para ella y para sus compañeras es una magnífica opción que les ofrezcan estas actividades porque les permite convivir y “olvidar por unas horas los problemas y los achaques”.
Indicó que ella no es vecina del rumbo, pero desde hace siete años acude a ese centro para participar en las diferentes actividades que se organizan y por eso ahora no lo dudó para inscribirse al curso de verano.
Otro de los varones participantes, el señor Tomás, quien prefirió omitir sus apellidos, dice que se animó a inscribirse a insistencia de una de sus hijas y está disfrutando tanto la convivencia como “soltar la polilla” con las actividades que les preparan.
El “circuito” preparado para los adultos mayores empieza con la activación, baile, meditación, terapia en el agua, y concluye en el salón donde les enseñan jugoterapia.
José Jesús Borges, supervisor para el Departamento de Adulto Mayor del DIF Municipal, informó que la idea de ofrecer el curso para el adulto mayor surge por el deseo de innovar y abrir más espacios de distracción para personas de la tercera edad, aunque en algunas actividades y en el curso se acepta a personas a partir de los 50 años.
—Aunque no se les considera en el rango de la tercera edad, el objetivo es que se vayan involucrando desde ahora en la actividad y el conocimiento del bienestar, de manera que al llegar a los 60 tengan mejores condiciones de salud y de vida —explicó.
Agregó que el curso de verano para adultos mayores será la base que en el futuro permita llevar estas actividades a otros puntos de la ciudad.