Por Isabel Arvide
México, 23 de julio.- La reacción mediática por el operativo en el albergue de “Mamá Rosa” fue catastrófica para el Gobierno de la República que, intencionalmente, pretende apartar la política de la justicia.

Se hizo un linchamiento al revés, se publicaron páginas y páginas, alguna firmada por un Premio Nobel, en defensa de lo indefendible. A la acusada, responsable moral incuestionable, se le convirtió en mártir en automático.

Lo cierto es que había condiciones infrahumanas de hacinamiento y maltrato para más de 500 niños que sufrieron castigos y vejaciones, abusos sexuales incluso. Y que la directora de ese albergue tuvo que estar enterada.

Niños víctimas de abandono, hijos de sicarios, hijos de la calle en toda la extensión del vocablo, parias entre los parias recibían un pan muy duro. Frente a esto la sociedad y el gobierno, en su modalidad municipal, estatal y federal, fueron los cómplices más apapachadores del horror. Del primer mandatario en turno a los extranjeros ilustres, todos quisieron salir en la foto como generosos patronos.

Era un infierno, había desde violaciones hasta “apandos”, comían miasma en toda la extensión de la palabra y ninguno quería darse por enterado.

El costo, político, mediático, de convertirse en villano favorito otorgó protección a quienes abusaron por años de quienes decían proteger.

Cuando el procurador Jesús Murillo Karam decidió entrarle literalmente a esta pesadilla le llovieron más que críticas indignadas. De ahí, contra su costumbre, las varias conferencias de prensa que ha dado pretendiendo “aclarar” la realidad frente a las interesadas, ingenuas, dramáticas manipulaciones mediáticas. Baste ver a la televisión comercial en su papel de “llorona” magnificando la victimización de “Mamá Rosa”.

Tal vez sea hora de terminar con este circo que a nada conduce. Por eso, con una habilidad que sólo quienes somos sus amigos hace más de 30 años conocemos a fondo, Jesús Murillo Karam tomó la decisión política de amparar bajo la ley a la señora Rosa Verduzco y fue lo mejor que pudo haber hecho.

A nadie, al Gobierno menos que a ninguno, le hacía bien tener a una anciana muy enferma, con sus facultades mentales muy mermadas, detrás de las rejas. Lo cierto es que, como dijo Murillo Karam, es “inimputable”, o sea que está más allá de la Ley, está lejos de poder ser castigada porque la vida ya le está cobrando lo que haya hecho.

No está bien de la mente, por lo tanto, cualquier abogado pudo haberla sacado de la cárcel en 10 minutos. A un loco, senil, no se le puede juzgar.

Murillo dijo cosas muy interesantes en su conferencia de prensa, no sólo respecto a la casa hogar y a “Mamá Rosa”, recordó, por ejemplo, que en Michoacán ¡¡la seguridad sigue en manos del Ejército!!

Y que por eso fue que se decidió que hubiese un “perímetro” de seguridad en el operativo… para que quede claro lo que sigue sucediendo ahí, conste señor Castillo…

También habló de imputaciones directas contra la señora que tantos defendieron, que solía golpear severamente a los niños que “educaba”, y que dio la llave de los “cuartos de castigo” a una sobrina, que permitió en la omisión por lo menos que un tipejo los violase.

La parte legal, con un notario de por medio, que firmaba las donaciones de los “hijos” a ese albergue es digna de un cuento de terror: Firmaban que debían estar ahí hasta la mayoría de edad, y si la familia quería recuperar al menor debía entregar a otro… Dickens se queda corto.

Y justo de cara a este tremendo horror sale el señor Fox a defender a la señora y ofrecer su “fundación” para hacerse cargo del albergue… quién sabe con qué intenciones. Frente a esta intromisión política con todo el mal gusto del protagonista, el procurador Murillo simplemente dijo que cada quien tiene el derecho de defender a quien quiera de acuerdo con la Ley.

Quedan muchas interrogantes; la primera, ¿qué va a pasar con esos menores tan afectados, tan maltratados, tan parias, tan vulnerables?, porque es obvio que el Estado no ha demostrado tener capacidad para hacerse cargo de ellos. Y ¿cuántos albergues están en condiciones semejantes, sean privados o públicos…?

La obra “Los Miserables” de Víctor Hugo se quedó corta; falta saber si el Estado, si este Gobierno tiene capacidad de respuesta ante la tragedia que tantos otros, por tanto tiempo, consintieron.- Publicado en el blog “Estado Mayor”.

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