El amparo que puso Yucatán se suma a los de Campeche y Quintana Roo. (grillo porteño)
El amparo que puso Yucatán se suma a los de Campeche y Quintana Roo. (Foto Yucatán Ahora)

Mérida.- Productores apicultores y organizaciones civiles de Yucatán obtuvieron un amparo en contra del permiso que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) le había otorgado a la empresa Monsanto para la siembra comercial de soya transgénica en esta entidad.
El dirigente de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA) Pablo Duarte, destacó que con este amparo Yucatán se suma a Campeche que este año logró dos amparos contra la misma empresa.
En los tres estados que conforman la Península, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, se pretende sembrar 60 mil hectáreas de soya transgénica, acción que impactaría negativamente en más de 35 mil familias que viven de la actividad apícola y agrícola en esta región.
En el caso de Yucatán, indicó, son cerca de 20 mil familias que dependen directamente de las actividades ligadas al campo, las cuales serían severamente perjudicadas de llevarse a cabo la siembra de semillas transgénicas.
Sobre el amparo, explicó que se logró con el argumento de que dicho permiso ponía en riesgo la producción de miel mexicana en estados como Campeche, Quintana Roo y Yucatán.
Así, apicultores mayas de esta entidad se ampararon ante la resolución de la Sagarpa, que en 2012 autorizó, con el aval de Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la siembra de 253 mil 500 hectáreas de soya transgénica en siete estados de la República, entre ellos Yucatán, anotó.
Pablo Duarte resaltó que el flujo del polen transgénico representa un estigma en la calidad de la miel mexicana poniendo en riesgo una de las pocas ventajas comparativas con las que cuenta el país dentro del mercado global.
No debemos olvidar que México es el tercer exportador de miel a nivel mundial, 40 por ciento de la miel nacional se obtiene de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, el 98 por ciento de la miel de la Península se exporta a la Unión Europea, y alrededor de 20 mil apicultores de origen indígena viven de esta actividad.
Jorge Fernández, del Colectivo MA OGM, detalló que con la decisión del juez Primero de Distrito queda prohibida por ahora la siembra de soya transgénica en escala comercial en Yucatán.
Recordó que esta sentencia se suma a las que en marzo y abril del presente año emitió el Juzgado Segundo de Distrito de Campeche, quien al resolver dos juicios de amparos presentados por apicultores mayas radicados en Campeche en contra del mismo permiso, también determinó la violación al derecho a la consulta de las comunidades mayas, así como la violación al procedimiento establecido en la propia Ley de Bioseguridad.
El Juez, apuntó, resolvió el amparo a favor de los apicultores mayas y reconoció que podrían resultar afectados en sus bienes jurídicos (económicos, laborales o ambientales) por las consecuencias que genera en el entorno natural la liberación o el cultivo de soya GM y aceptó como válido el interés legítimo de los indígenas mayas cuya principal actividad económica tradicional es la apicultura.
También desechó los argumentos de las autoridades demandadas quienes exigían a los apicultores mayas pruebas científicas plenas de que los permisos otorgados influyen negativamente en la producción de miel, agregó.
El Juez declaró nulo el dictamen de Semarnat que avala el permiso otorgado por Sagarpa para siembra de soya transgénica, toda vez que no se tomó en cuenta las opiniones técnicas de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), el Instituto Nacional de Ecología (INE) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).
Por su parte, el apicultor maya Lorenzo Itzá Ek subrayó que para los apicultores de Yucatán, muchos de ellos indígenas mayas, esto es un gran logro porque se reconoce el legítimo derecho a decidir sobre su territorio y su sustento porque la apicultura es la principal actividad económica tradicional que realizan y no quieren que la miel que producen se contamine con transgénicos.
“Aprobar cultivos transgénicos en la península de Yucatán es un acto arbitrario que nos afecta a los pueblos indígenas al anteponer los intereses de las corporaciones sobre los pueblos y comunidades mayas que por años hemos vivido de la apicultura”, señaló.