PROGRESO.- Luego de escapar de las autoridades y de arrojar al mar el peino que habían pescado ilegalmente, varios depredadores de Chuburná Puerto se escondieron en los manglares y volvieron a sus casas en la madrugada del jueves.
Estos pepineros furtivos de Chuburná escaparon del operativo que se llevó al cabo el miércoles en la tarde en altamar, el cual concluyó en el puerto de abrigo de esa comisaría, con la rtención de una lancha pepinera, que fue escoltada hasta el puerto de abrigo por una lancha patrulla de la SSP. La embarcación y el cargamento fueron confiscados y el furtivo fue detenido.
En el operativo del miércoles se detuvo a un pepinero y se confiscó poco más de una tonelada de pepino de mar fresco, que en el mercado negro tiene un precio de $50,000.
Esta operación dejó al descubierto que, pese al retén marino que se instaló en la bocana del puerto de abrigo de Yucalpetén para inspeccionar todas las lanchas que salen a pescar, la captura furtiva de pepino continúa.
Los pepineros trasladaron su centro de operaciones a Chuburná, un puerto donde nunca se había realizado un operativo en contra de la captura furtiva. La pesca ilegal del pepino de mar, así como de langosta y pulpo fue denunciado públicamente por los ribereños de esa comisaría.
Permisionarios de otros puertos llevaron sus embarcaciones a Chuburná, lo que ha causado malestar entre los pescadores de ese puerto, quiene piden a la Conapesa y a la Capitanía de Puerto que realice una investigación de esas embarcaciones, que cuentan con potentes motores para desplazar grandes distancias.
Los pescadores exigen que expulsen de Chuburná a los foráneos y a sus lanchas, porque debido a sus operaciones ilícitas pueden vincular a todos los pescadores como furtivos, cuando la mayoría se dedica a la pesca de mero y pulpo, en las temporadas del molusco.
De acuerdo con información proporcionada por los pescadores, por lo menos unos 30 pescadores, a bordo de 10 lanchas se dedican desde hace varias semanas a la pesca furtiva de pepino de mar, langosta y pulpo. El molusco está en veda y su captura comenzará el 1 de agosto, mientras que la pesca de langosta comenzó el martes pasado.
Los pescadores furtivos centraron sus operaciones clandestinas en la zona de Carboneras, ubicada a 3 kilómetros al Poniente de Chuburná; es una bocana que en 1988 abrió el huracán Gilberto. La bocana comunica con el mar y la ría, de modo tal que las lanchas pueden entrar y salir sin problema alguno hasta internarse en la zona de manglares, en donde presuntamente hay salcochaderos clandestinos.
En la operación conjunta entre la Armada de México y Secretaría de Seguridad Pública se logró la detención de una lancha en cuyas neveras transportaba más de una tonelada de pepino de mar fresco que fue capturado entre Sisal y Celestún.
Según los informes, el miércoles, a las 5 de la tarde, una lancha interceptora de la Armada de México que realizaba un recorrido de vigilancia para detectar la pesca furtiva y en atención a las denuncias de los pescadores, ubicó a varias lanchas que presuntamente pescaban pepino.
Los marinos se comunicaron con agentes de la SSP para informarles que pepineros furtivos se dirigían al puerto de abrigo de Chuburná, así que en cuestión de minutos se realizó una mega operación con la participación de por lo menos 20 unidades policíacas.
Los lugareños y pescadores sólo vieron llegar a Chuburná el convoy policíaco, que se dirigió al puerto de abrigo; otras tres unidades se apostaron en la carretera con Sierra Papacal.