Varios pescadores ribereños de Progreso solicitaron el apoyo del alcalde Daniel Zacarías (de pie), porque dicen que inspectores de Conapesca abusan en sus funciones (grillo porteño)
Varios pescadores ribereños de Progreso solicitaron el apoyo del alcalde Daniel Zacarías (de pie), porque dicen que inspectores de Conapesca abusan en sus funciones (grillo porteño)

PROGRESO.- A una semana que se puso en marcha la operación contra la pesca furtiva de pepino de mar y otras especies que se encuentran en veda, como el pulpo, la langosta y el caracol blanco, los ribereños de La Caleta comienzaron a protestar por las drásticas medidas que imponen los inspectores de la Conapesca en el retén marino instalado en la bocana del puerto de abrigo de Yucalpetén.
Debido a las exigencias de los inspectores, muchos sardineros y escameros no pueden salir a pescar, lo que ocasiona malestar en contra de las autoridades y el lío puede estallar en cualquier momento, advirtieron los pescadores.
El miércoles, a la 1 de la tarde, varios ribereños de La Caleta, encabezados por Gedeón Velázquez Fajardo, Manuel Avilés Sánchez, José Pech Cuá, Marcos Jiménez y Luis Falcón Cervantes, acudieron al palacio municipal y le expusieron al alcalde Daniel Zacarías Martínez los problemas que afrontan para salir a pescar.
Aseguraron que son parte de un numeroso grupo de pescadores inconformes por las exigencias de los inspectores de la Conapesca destacados en el retén marino, que han llegado a amenazarlos de no dejarlos salir a pescar si no presentan los permisos de pesca vigentes o la constancia de que están en trámite.
“No estamos en contra de las revisiones, está bien que verifiquen todas las embarcaciones para que no lleven artes de pesca prohibidos y que también cuenten con equipos de seguridad; pero no estamos de acuerdo es que nos exijan permisos de pesca vigentes si la misma Conapesca no los renueva”, explicó Luis Falcón.
Agregó que muchos pescadores tienen permisos de pesca de escama y pulpo vencidos, pero no tienen los vigentes porque Conapesca no entrega los nuevas; hay quienes se han presentado con el dinero en la mano para pagar los permisos y simplemente no se los aceptan.
El ribereño afirmó que la situación se ha complicado porque la mayoría de los pescadores no cuenta con los recursos para pagar los permisos de pesca que cuestan $2,500 por las pesquerías de pulpo y mero, y la renovación cuesta a $800 por cada pesquería.
Además, expusieron que cuando pasan en el retén, si el permiso de pesca indica un tipo de caballaje de motor y el que tiene la lancha es mayor, los inspectores de la Conapesca no autorizan la salida.
El alcalde ofreció ser el mediador en el caso y que se reunirá con las autoridades de la Capitanía de Puerto, de la Armada de México y de la Conapesca para buscar una solución al problema y los pescadores puedan salir a trabajar.