MÉRIDA.- Definidos ya a los aspirantes a buscar la candidatura del PAN a la alcaldía de Mérida, de un análisis serio se deduce que la mejor carta de Acción Nacional para esa competencia es el diputado local Mauricio Vila Dosal, porque tiene una trayectoria limpia, es empresario y porque no se le liga a personajes oscuros y a acciones ilegales o poco claras. Los otros dos aspirantes son Raúl Paz Alonzo, diputado federal, y Salvador Vitelli Macías.

El contexto en que se va a dar la competencia electoral debe comenzar a verse y estudiarse desde ahora: el PRI va a utilizar todos los recursos habidos y por haber, legales e ilegales, guerra sucia, golpes bajos etc., de modo que un candidato panista con pasado turbio y con cola que le pisen afectará las posibilidades de ganar del blanquiazul.

Ya desde ahora la andanada de ataques de priistas, muchos de ellos poco inteligentes y que a varios les resultó contraproducente, se lazó contra el alcalde Renán Barrera Concha, en busca de afectar su popularidad y su trabajo en la Comuna. Se espera más ataques de este tipo contra el edil meridano y es de esperar ataques de este tipo al que sea candidato del PAN a la presidencia municipal.

En este marco, los panistas deben ser muy inteligentes al elegir a su candidato, cosa que no se les da mucho, porque si se equivocan lo pueden pagar muy caro y pueden volver a perder la joya de la corona. Un candidato débil y vulnerable será un manjar para el PRI y se convertiría en un “flancito”, o en un cordero que va directo al matadero. El PRI ya anunció que va con todo por Mérida y hará todo lo posible, legal o ilegal, para tratar de lograrlo.

Teniendo en cuenta este contexto y el escenario en el que se dará la competencia electoral, la conclusión para los panistas debe ser una: elegir a un candidato de excelente perfil, limpio y sin cola que le pisen.

De los tres aspirantes, el único que llena este perfil es Mauricio Vila, quien llegó al PAN en la derrota, pues se metió de lleno en trabajo partidista en 2007, luego de que Acción Nacional perdió el gobierno del estado. Es empresario, dueño de los restaurantes Sub Way, que están en pleno crecimiento, y además es director de esa cadena internacional para el sureste yucateco, en donde impulsa ese negocio.

Ha sido consejero estatal, ahora diputado estatal y su vida familiar es tranquila; tiene dos maestrías por universidades de Estados Unidos y siempre ha laborado en la iniciativa privada.

Raúl Paz tiene un perfil débil, vulnerable y susceptible de numerosos ataques, debido a que su actuar en su vida pública como funcionario no ha sido intachable, además de que los nexos con familiares de su esposa Cecilia Patrón Laviada le restarían votos.

Su vida privada es poco decorosa, pero en eso este portal no se mete ni dice nada, pero al PRI no se le va a tentar el corazón para dar a conocer varios aspectos de la vida privada de Paz.

Este joven nunca ha trabajado en la iniciativa privada, no tiene negocios y en su trayectoria en la función pública salió manchado. Los cargos que ha tenido fueron por palancas, más que por capacidades: Ha sido subdirector del Issste, de donde salió en medio de versiones de que tenía por lo menos dos líos ahí. Se fue a Liconsa, de donde renunció para ser candidato a diputado federal.

Es decir Raúl Paz sólo ha vivido del erario federal, gracias a los cargos que recibió de sus padrinos políticos y al calor de su esposa Cecilia.

Uno de los escándalos de Raúl Paz lo dio en Isla Mujeres, en las elecciones en Quintana Roo, cuando se portó de manera grosera, prepotente y sobrado. En esa ocasión el diputado Federal priista Wílliam Sosa Altamira dio a entender que Paz estaba bajo la influencia de algún enervante e incluso fue más ahí: Le dijo a Paz que los diputados del PRI sabían en qué estado llegaba a las sesiones de la Cámara de Diputados. Ese día, los tuits en contra de PAZ alcanzaron el récord de retuits, algo pocas veces visto

De Vitelli, que prácticamente no aspira a nada, no perdemos tiempo hablando de él.

En la siguiente entrega hablaraemos e los aspirantes del PRI.