Mérida.- El próximo sábado 21 se registrará el fenómeno arqueoastronómico del solsticio de verano, en el cual, el 50 por ciento de El Castillo de Chichén Itzá quedará iluminado, mientras que el resto, obscurecido, informó el académico del Instituto Tecnológico de Mérida (ITM), Eddie Ariel Salazar Gamboa. Mencionó que éste acontecimiento, bien pudo representar a los mayas el anuncio del período de la cosecha de semillas y frutos, y que su máximo acercamiento al norte establecía el día más largo del año. Indicó que desde el punto de vista astronómico, la Tierra tendrá su máxima inclinación, a las 5:51 horas, de 23 grados y 30 minutos. Los sacerdotes astrónomos de diversas culturas constataron que en esta fecha, el Sol tiene su máxima declinación al norte, y es en esta fecha “cuando el Sol parece detenerse al llegar a su máximo desplazamiento sobre el horizonte”. Incluso, es el día más largo del año, y en esta ocasión, tendrá una duración de 13 horas con 25 minutos, ya que el Sol aparece sobre el horizonte a las 6:18 horas y se oculta a las 19:43 horas. Al menos en la Península de Yucatán, se registra un suceso peculiar, ya que el solsticio de verano se registra 28 días después del paso del Sol sobre el cenit, es decir, el equivalente a una lunación. Desde el punto arqueoastronómico, se registran fenómenos de luz y sombra en edificios de diversas ciudades precolombinas mayas, tal el caso de Dzibilchaltún y Chichén Itzá, principalmente. Recordó que en 1997 descubrió el fenómeno arqueoastronómico del solsticio de verano en El Castillo de Chichén, pero fue hasta el 21 de junio de 2007 cuando el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) le dio el respectivo reconocimiento. Desafortunadamente, dijo, “no se promueve este singular acontecimiento, y lo peor de todo, no me permiten el acceso para observarlo”. Anunció que el próximo sábado 21, luego del amanecer, entre las 7:30 y 8:30 horas, el costado Norte y Oriente está completamente iluminado, mientras que la parte Sur y Poniente “está en tinieblas”. Explicó que este acontecimiento demuestra la simetría que tiene este edificio prehispánico, por lo que “no es coincidencia, es intencionalidad”. Además que “es un indicador de que el constructor de El Castillo sabía también de astronomía”, pues en el caso del solsticio de invierno, el fenómeno ocurre a la inversa, pues se observa al atardecer. El costado Sur y Poniente quedan iluminados, mientras que el Norte y Oriente, en sombras.

Y.A.