El padre no hizo caso a lo que los extorsionistas pedían y puso su denuncía. (grillo porteño)
El padre no hizo caso a lo que los extorsionistas pedían y puso su denuncía. (grillo porteño)

PROGRESO.- En año y medio, por lo menos a tres personas han intentado extorsionar mediante llamadas telefónicas, provenientes de otros estados del país, pero ninguna de ellas cayó en el juego de los delincuentes, de modo que no dieron dinero.  

El primero al que intentaron extorsionar fue al entonces párroco de Progreso Lorenzo Mex Jiménez, a quien le pidieron una fuerte cantidad de dinero para garantizar la seguridad de la parroquia.

Esa vez el padre Lorenzo no siguió escuchando a su interlocutor, ya que le pasó el teléfono al administrador de la parroquia, de modo que cuando el extorsionador se dio cuenta de que ya no hablaba con el sacerdote colgó de inmediato.

Al padre Lorenzo, quien desde el año pasado es párroco de Nuestra Señora de la Asunción de Chicxulub Puerto, no le llamaron a su teléfono celular, sino al teléfono de la oficina de la parroquia, llamada que recibió el administrador y se la pasó al entonces párroco progreseño.

El martes y el miércoles pasados intentaron extorsionar a dos empresarios, a los que, como le hicieron hace año y medio al padre Lorenzo, les pidieron fuertes cantidades de dinero para protección.

Luego de las llamadas que les hicieron a dos empresarios para extorsionarlos salió a relucir que también en casas de sus familiares se han recibido llamadas, primero preguntando por algún familiar o si se encuentra el primo o tío; dan un nombre equis en espera de que se les proporcione el nombre real y el lugar donde trabajan, situación que ha causado preocupación entre los habitantes del puerto.

El padre Lorenzo, quien es presidente de la Fundación del Bienestar para los Hombres del Mar y coordinador del Apostolado del Mar,  recordó que cuando recibió la llamada, la persona que  lo intentó extorsionar hablaba con certeza de las actividades de la parroquia.

Al párroco le exigían también una fuerte cantidad de dinero en efectivo, pero les dijo que no contaba con el dinero. El extorsionador insistió y entonces el sacerdote le pasó el teléfono al administrador de la parroquia, quien lo entretuvo y cuando se dio cuenta que se trataba de otra persona cortó la llamada.

El padre Lorenzo de inmediato reportó el caso al director de la Policía municipal, comandante Carlos Eduardo Flores Moo, a quien le dio los detalles de la llamada que recibió y la corporación de inmediato destacó una vigilancia policíaca discreta al templo parroquial y al párroco, en previsión de que sufriera algún atentado.

En la parroquia se tomó la decisión de no responder a llamadas que provengan de teléfonos del interior del país, pues la que se recibió cuando intentaron extorsionar al padre Lorenzo provino de un teléfono de una ciudad del Norte.