PROGRESO.- La mayoría de las siete mil personas que viven en Flamboyanes, comisaría en donde hay constantes escándalos, enfrentamiento de bandas, narco menudeo, y la cual está sitiada por policías municipales, que buscan restablecer el orden, quiere vivir en paz, pero que se haga justicia y se castigue a quienes infringen la ley.

flamboyanesTambién consideran que falta más vigilancia policíaca, pero sobre todo que el gobierno lleve al cabo programas y  realice actividades que involucren a los menores de edad y a los jóvenes, porque al no encontrar nada que hacer, los muchachos buscan la manera de matar la ociosidad y son víctimas fáciles que caen en la delincuencia y en el consumo de enervantes.

Tras los recientes enfrentamientos y el ataque a la caseta de la policía municipal, el viernes pasado se hizo un sondeo entre las vecinas que acudieron a cobrar becas del programa Oportunidades,  en el local del Centro Hábitat, cuyo pago se realizó bajo fuertes medidas de seguridad y vigilancia policíaca.

Las amas de casa cobraron diversas cantidades que van de $500 a $5,000, dependiendo del número de hijos que tienen en edad escolar. El apoyo federal es bimestral.

“Queremos vivir en paz y que haya tranquilidad; ya basta de tantos escándalos y enfrentamientos, pero todos deben colaborar para que Flamboyanes sea un comisaría segura y tranquila; los  padres de familia y las autoridades debemos poner nuestro granito de arena, porque está en juego el futuro de nuestros hijos”, señaló Esther Noemí Méndez Mena, quien cobró $1,120.

A su vez, Katy Manzano Escalante, quien recibió $2,370, consideró que  la mayoría de los habitantes de Flamboyanes quiere la tranquilidad y vivir en paz, pero sobre todo que sea un lugar donde las familias puedan andar con libertad y sin temor  a que sean agredidas.

“No todos los jóvenes y los menores de edad son vándalos, pues hay buenos estudiantes, deportistas y trabajadores, a quienes se les debe apoyar; sin embargo, también hay que rescatar a quienes han caído en las garras de las bandas y en el consumo de drogas y de alcohol”, expresó Ángel Hipólito López Chan.

Los vecinos consideran que la vigilancia debe ser permanente, dijo Amparo Romero Pérez, pero no debe de haber excesos de los policías cuando catean a un menor de edad o a algún joven. Tampoco deben catear a grupos de menores o de jóvenes reunidos si no están haciendo nada,  porque eso ocasiona malestar y origina que agredan a las patrullas.

Varios vecinos dijeron que Flamboyanes se fundó en 1980 y comenzó a poblarse después del paso del huracán “Gilberto”, que azotó en 1988; en ese año reubicaron a numerosas familias que habitaban en colonias de la ciénaga, al entonces fraccionamiento. Fue la primera reubicación que se hizo de familias que ocupaban zona federal.policias 2

La segunda reubicación de familias de la ciénaga se hizo hace cuatro años y fue cuando se fundó la sección conocida como IVEY, en donde, según policías municipales y vecinos, tiene su base la banda de Los Félix.

En la zona conocida como Las Palmas están Los Sureños, rivales de Los Félix. Las dos bandas se  enfrentan a cualquier hora del día, pero por lo general lo hacen en las noches.

El problema del vandalismo se dejó crecer, pues Flamboyanes creció tanto en casas como en habitantes, pero sin autoridad, de modo que los vecinos lo consideran un pueblo sin ley.

Hasta hace diez años, y antes que Flamboyanes se poblara, numerosas familias que llegaron a trabajar en la pesca, procedentes de localidades de Tabasco, Campeche, Veracruz y de Chiapas, ocuparon casas que estaban abandonadas en esa comisaría, que creció sin contar con los servicios básicos, como transporte urbano de pasajeros y médico de planta.

El drenaje y el agua potable presentaban deficiencias y la vigilancia policíaca fue casi nula, lo que propició la venta clandestina de bebidas alcohólicas y el consumo de drogas. Flamboyanes era considerado como un refugio de meseras que trabajaban en las cantinas de la ciudad y de mujeres que eran sacadas a vivir por patrones de barcos y pescadores.

En los últimos dos años se han hecho obras de pavimentación de calles, se construyó un moderno Centro de Salud y ya hay mejor transporte urbano de pasajeros y de taxis; además, se dan clases de zumba y se han integrado grupos de policía vecinal para la prevención del delito; sin embargo, estas medidas han resultado insuficientes, afirmaron varios vecinos.