PROGRESO.- En algo poco común, los pasajeros del crucero Carnival Elation prefirieron visitar el centro de la ciudad, visitar el palacio municipal y el mercado, en vez de ir a la playa y consumir bebidas embriagantes, lo que normalmente hacen los turistas de cruceros.
Esta situación propició bajas y hasta nulas ventas en puestos que se ubican en el malecón e incluso hizo que las masajistas y vendedores “persiguieran” a los paseantes para ofrecerles el servicio, que aun así rechazaron los extranjeros.
El crucero arribó ayer miércoles procedente de Nueva Orleans con 2,293 pasajeros y 911 tripulantes; atracó a las 7:30 y zarpó ayer mismo a las 4 de la tarde con destino a Cozumel. El desembarco de los turistas se inició dos horas después del atraque del Carnival Elatión.
En esta ocasión llamó la atención que numerosos pasajeros recorrieran a pie la ciudad, caminaron por el Centro, en la zona de Los Portales de la calle 27, entraron al mercado y le tomaron fotos al palacio municipal, al faro y al templo parroquial.
Por lo general, al desembarcar, la mayoría de los pasajeros de los cruceros lo primero que hacen es visitar el tianguis artesanal y el malecón. Ayer grupos de turistas, incluso llevando a bebés en carriolas caminaron por el Centro.
La afluencia de pasajeros del crucero bajó en el malecón, de modo que en el restaurante Eladios, que cuenta con playa y en donde por lo general atienden de 300 a 500 y en ocasiones hasta a 700 turistas, ayer miércoles sólo recibieron a 200 divididos en dos grupos: el primero de cien llegó a las 11 horas y el segundo de la misma cantidad lo hizo a la 1 de la tarde.
Algunos de los turistas jóvenes participaron en juegos de playa y a cambio recibieron tequila que bebieron directamente de la botella. Otros pasajeros caminaron en el malecón.
Debido a que no tenían clientes, las masajistas que tienen sus módulos en el andador y en la playa del malecón tuvieron que perseguir a los pasajeros para ofrecer sus servicios e incluso se vio a encargados de módulos de masajes caminar hasta la zona de restaurantes para tratar de convencer a los pasajeros para que reciban masajes, pero la mayoría los rechazó.
Los vendedores que ayer no tuvieron buenas ventas, incluso hubo algunos que no vendieron nada, también persiguieron en la playa a los pasajeros, quienes declinaron comprar los productos que les ofrecían.
“Hoy fue el peor día de crucero, debido a que bajaron pocos pasajeros a la playa y no compraron e hicieron poco tiempo en la ciudad. De plano nos fue mal”, afirmó el vendedor de artesanías Ricardo Lugo Prado, quien llegó de Mérida a las 7 de la mañana.