La excesiva pesca del mero provoca que dichos peces no se reproduzcan ni lleguen al tamaño adulto que requieren. (grillo porteño)
La excesiva pesca del mero provoca que dichos peces no se reproduzcan ni lleguen al tamaño que requieren. (grillo porteño)

PROGRESO.- El mero está sobre explotado y al borde del colapso, ya que los 552 barcos de la flota mayor y las 7 mil lanchas ribereñas son demasiados y entre ambas flotas pescan meros juveniles que aún no se reproducen y meros grandes en plena etapa reproductiva, afirma el Centro Regional de Investigaciones Pesqueras de Yucalpetén (Cripy).

Esta conclusión la dio a conocer el director de Cripy Álvaro Hernández Flores, quien a mediados de la semana pasada se reunió con armadores, empresarios y cooperativas pesqueras para analizar la pesquería del mero.

Por medio de Manuel Sánchez González, presidente del Sistema Producto Mero, los empresarios pesqueros admitieron que el mero se encuentra al borde del colapso y con bajas capturas, lo que ha propiciado que más de la mitad de la flota mayor de Yucalpetén esté paralizada, porque es incosteable la salida de los pesqueros.

“Poco más de dos mil pescadores que laboran en la flota mayor están sin trabajo, porque los barcos traen capturas de 300, 500 y 800 kilos, que son insuficientes para los gastos de operación, avituallamiento de diésel, hielo, carnada y anticipo de los pescadores”, afirmó Sánchez González.

El director del Cripy también expuso que existe sobre capitalización de las flotas ribereña y mayor, de modo que sugirió un programa de retiro de embarcaciones; sin embargo, el gobierno federal no tiene un programa para retirar barcos escameros, sólo tiene para camaroneros.

De las 7 mil lanchas ribereñas oficialmente sólo está registrada la mitad y los 552 barcos de la flota mayor  de Yucalpetén, tanto de casco de madera, metal y fibra de vidrio, son viejos, con registros de hasta 50 años.

La sobreexplotación del mero se debe a la captura de juveniles en la zona costera, sin que alcancen la talla mínima de 36.3 centímetros; la captura de meros adultos reproductores, en zonas profundas, y el elevado número de lanchas ribereñas y de barcos de la flota mayor.

Pescadores, armadores y empresarios afirman que la baja captura se agudizó este año y, debido a los bajos volúmenes de captura,  el 60 por ciento de los barcos escameros están amarrados en los muelles de Yucalpetén.

La flota pesquera está semiparalizada desde mediados de este mes, ya que los armadores comenzaron a amarrar los barcos después del primer viaje que realizaron, al concluir la veda del mero, que se aplicó del 15 de febrero al 15 de marzo.

Armadores y patrones de barco dicen que el primer viaje luego de la veda del mero fue malo, pues capturaron de 600 a 800 kilos de mero y negrillo; algunos trajeron 1,200  kilos y dos o tres barcos arribaron con 1,500 kilos, aunque varios trajeron 300 kilos.

El precio es atractivo, pues el negrillo se paga a $100  y el mero rojo a $90  el kilo, pero la captura es baja.

El pescador Alberto López Pastrana afirma que muchos pescadores harán dos o tres viajes más para pescar mero, para esperar la temporada de pulpo, que comenzará el 1 de agosto.