MÉRIDA.- El coordinador de los ediles priistas Enrique Alfaro Manzanilla exhibió hoy su falta de conocimiento de las normas de la Comuna, su intolerancia y su falta de capacidad para salirse de un lío en el que se metió solo y en el que se enredó totalmente, ante la risa del alcalde Renán Barrera Concha, lo que enojó al priista y lo sacó de sus casillas, de modo que dejó de pensar y de argumentar: sólo dijo incoherencias. El edil quiso defender lo indefendible, confundió peras con manzanas y al final se vio muy mal.

Esto sucedió en la sesión extraordinaria de Cabildo celebrada este lunes al mediodía cuando el alcalde pidió una prórroga para que el Comité Permanente del Carnaval pague dos millones que le dieron prestados al inicio de esta administración.

Alfaro Manzanilla quiso llevar agua a su molino y le exigió al alcalde que informe ya de los gastos del Carnaval, tema que no estaba a discusión y que no se podía tocar debido a que en sesiones extraordinarias sólo se toca lo programado y no hay asuntos generales.

El malogrado delfín del alcalde Elías Lixa Abhimeri, quien quedó fuera del consejo estatal del PAN por impopular, le explicó al priista que el Comité del Carnaval acaba de terminar de hacer la contabilidad, que le entregó a un despacho privado para que analice y que pronto lo dará a conocer.

En respuesta Alfaro Manzanilla se quejó de que Lixa tenía información privilegiada que le ocultaban a los demás regidores. En ese momento el alcalde sonrió y el edil tricolor se enojó, perdió la razón y la compostura, de modo que de una discusión sin fundamento de su parte y totalmente fuera de lugar habló de que representa a los meridanos a los que el presidente les oculta información.

Triste espectáculo del que se dice representante popular, ya que discute cosas fuera de lugar y desconoce las reglas de la Comuna. Terquedad y obstinación le sobran.