MÉRIDA.- Al dar a conocer cifras preliminares del Carnaval, la Comuna dio números alegres de la supuesta asistencia a los festejos y afirmó que fueron 770 mil, una cantidad a todas luces exagerada y poco creíble. Sin embargo, lo más importante fue que no dio la  cantidad de dinero que se gastó. Se supone que fueron entre 16 y 28 millones, cantidades injustificadas para tirar a la basura, porque no dejan nada a la ciudad.

Para esta rueda de prensa el alcalde Renán Barrera Concha llevó a su comparsa de empresarios, quienes afirmaron que todo estuvo magnifico, casi casi como algo digno de colocar en el cuento de Alicia en el país de las maravillas.

Lo de hoy fue una fiesta post Carnaval, en la que el alcalde disfrazó cifras y bondades de los festejos y llevó a su comparsa de empresarios.

En algo ilógico y contradictorio, Jorge Muñoz, director de proyectos estratégicos, narró una serie de irregularidades ocurridas en el Carnaval de 2013, sucesos que minimizaron en ese año y ahora magnifican para justificar el cambio de sede del festejo. Las alabanzas al festejo fueron tan serviles que cayeron en lo ridículo y poco creíbles.

Luego de las alabanzas de Jorge Muñoz, el alcalde hizo lo mismo, de modo que la organización y realización del Carnaval fue una maravilla a la que asistió, según los organizadores, casi la mitad de la población total de Yucatán.

Después de la sesión de preguntas y respuestas, varios empresarios, quienes fueron los que presionaron al alcalde para que saque al Carnaval del Paseo de Montejo, se dedicaron a alabar el cambio y a magnificar el supuesto elevadísimo número de asistentes a los festejos. Alabaron el Carnaval Jorge Bolio Escalante, Bernardo Laris y Ariel Avilés Marín.

Ante la exagerada alabanza a la supuesta asistencia a los festejos el presidente de la Canacome José Manuel López Campos dijo que ese no debe ser el motivo de festejar el éxito del Carnaval, sino que se ganó en seguridad y se benefició a la ciudad.

Esta columna ha dicho siempre que no importa si fueron 770 mil o dos millones al festejo, sino que se gastaron varios millones de pesos para organizar este festejo, lo que bajo ninguna circunstancia es justificable, ya que la ciudad tiene muchas carencias y el dinero tirado pudo ayudar a mejorar a Mérida.

Esperaremos a que el alcalde dé las cifras oficiales, que no quiere decir que sean las reales, de cuánto se gastó en la organización y realización del Carnaval. De todas maneras fue un gasto millonario que no se justifica.

Sobre la carta en la que el oficial mayor Mario Martínez Laviada obligó a los empleados de la comuna a asistir a los festejos, este funcionario intentó de una manera burda y poco inteligente minimizar el hecho y mintió al decir que fue un exhorto, pero la carta, que obra en poder de este medio, dice claramente que es obligatorio, en negritas.