MÉRIDA.- En marzo próximo se llevará al cabo el cambio en la presidencia estatal del PRD, cargo que ocupa David Barrera Zavala, y tres “jóvenes inexpertos” suspiran por el puesto, aunque varios perredistas aseguran que ninguno de ellos llegará, sino que el dirigente será impuesto por la mafia que desde hace muchos años secuestró al partido del Sol Azteca. Llama la atención también que en la lista de suspirantes no figure ninguna mujer. La última que dirigió los destinos del PRD estatal fue Noemí Avilés Marín.

Los “jóvenes inexpertos” que suspiran con dirigir al PRD son el actual diputado local Bayardo Ojeda Marrufo, el secretario general del CDE Ernesto Mena Acevedo y el regidor meridano Jorge Pech Rodríguez.

La actuación de Bayardo en el Congreso del Estado ha sido gris, ya que por alguna sospechosa razón siempre vota junto con el PRI y no parece ser de oposición. Jorge Pech padece el mismo síndrome de Bayardo, pues es el edil de oposición consentido del alcalde Renán Barrera y aplaude todo lo que propone el presidente municipal.

Perredistas nos dicen que Mena Acevedo cree que merece el puesto y que tiene toda la capacidad y las simpatías necesarias para ocuparlo.

Sin embargo, perredistas con experiencia afirman que la mafia que mantiene secuestrado al PRD, encabezada por Eduardo Sobrino Sierra, ya acordaron imponer a alguien que los obedezca servilmente y les deje hacer los “bisnes” con el presupuesto que se le asigna al partido.

Sea como fuere, las cuatro tribus perredistas se trenzarán en encarnizada batalla para ver qué obtienen, mientras su partido sigue sumido  en la mediocridad estatal, pues sus votos son mínimos. En las elecciones de 2012, Erick Villanueva Mukul, quien fue candidato a gobernador, elevó a 40 mil los votos para la izquierda, cantidad que duplicó la obtenida  en la anterior elección a gobernador.

Si esa cantidad se compara a los poco más de 600 mil que obtuvo Rolando Zapata Bello y a los 400 mil del PAN, se concluye que el PRD en Yucatán está más que muerto.