MÉRIDA.- Con una sesión solemne realizada en el Centro Cultural Mérida Olimpo, el Cabildo celebró ayer en la tarde el cuadrigentésimo septuagésimo segundo aniversario de la fundación de Mérida. Durante la sesión hubo dos intervenciones: del alcalde Renán Barrera Concha y del orador huésped, Dr. Luis Alfonso Ramírez Carrillo.

Ante la presencia de casi todos los integrantes del Cabildo —la única ausente fue la regidora Marisol Gómez García—, de los ex alcaldes Ana Rosa Payán Cervera, Luis Correa Mena, Manuel Fuentes Alcocer y César Bojórquez Zapata, así como del secretario estatal de Gobierno, Víctor Caballero Durán, de representantes de cámaras empresariales y de organismos de la sociedad civil, entre las decenas de invitados que llenaron el auditorio Silvio Zavala Vallado, el alcalde destacó que el aniversario de Mérida es ocasión propicia para rememorar su pasado, mirarnos en su presente y atisbar su futuro, en un ejercicio de conciencia y reflexión centrado en la persona humana como protagonista de su devenir histórico y responsable de su destino.

“Podríamos expresar, dándole voz a nuestra Mérida: “ciudad soy y nada de lo humano me es ajeno”, dijo en referencia a la visión humanista de la actual administración.

Desde esta perspectiva humanista esencial y con la conciencia de nuestra responsabilidad política; concebimos a nuestra ciudad como el espacio común en donde todos cuentan, donde todos están llamados a participar a partir de sus similitudes y de sus diferencias.

Renán Barrera se refirió a la aportación multicultural, producto de los inmigrantes de diferentes nacionalidades que, en su conjunto, han contribuido con nuevos elementos a la cultura de la ciudad.

Calificó de falso que la criminalidad, la drogadicción,  la enfermedad y la pobreza sean los costos que hay que asumir si optamos por el desarrollo y la modernidad.

—Nosotros, los meridanos, podemos llegar hasta donde nuestras aspiraciones apunten sin tener que arrastrar esos lastres, simplemente porque estamos a tiempo y vivimos el momento ideal: son muchas nuestras fortalezas y oportunidades, y nuestras debilidades y amenazas son pocas y superables –recalcó—. Sólo hay una condición, y es que como individuos nos asumamos como ciudadanos de Mérida y como colectividad nos constituyamos en una verdadera ciudadanía capaz de cumplir con sus responsabilidades y exigir hasta sus últimas consecuencias el respeto a nuestros derechos.

El Concejal se refirió también al amplio menú cultural que ha llegado a los residentes de la ciudad en sus propios barrios y calles.

—En este mismo espíritu arrancamos ayer el Mérida Fest 2014, Cultura que nos une, Identidad de identidades, reconocimiento de la fuerza que portamos y surge de nuestros mestizajes –expresó.

A su vez, el Dr. Ramírez Carrillo, guió a los asistentes en un paseo por la historia de Mérida y su antecesora la prehispánica  Ich ca’an si’ho o T’ho, por lo que opinó que en realidad la ciudad tiene más de dos mil años, al ligarla con la segunda.

El sociólogo destacó que en el primer  libro de Cabildo de la ciudad al asentar las razones de la fundación de Mérida decía que “…ha de ser esta la principal ciudad de todas…”, refiriéndose a la península de Yucatán, y no podían suponer que cinco siglos después lo seguiría siendo.

El sociólogo describió el gran crecimiento de la infraestructura urbana de la ciudad, gracias a los recursos generados por el henequén entre 1880 y 1916, pero la bonanza se interrumpió con la caída del régimen porfiriano y la llegada de la Revolución a Yucatán, pero sobre todo con la quiebra de la Bolsa de 1929 y la gran  depresión mundial.

Destacó la pasión de los meridanos por los automóviles, descrita en 1908 como “una especie de fiebre en la capital yucateca”, gusto que se mantiene hasta hoy pues Mérida es actualmente la cuarta ciudad de la república  en  cuanto al número de vehículos en relación con la población total, ya que cuenta con un coche por poco más de tres habitantes.

Ramírez Carrillo describió los cambios urbanos de Mérida que se aceleraron partir de 1990 y en veinte años Mérida fue transformada de tal manera que cambió de piel, con la desaparición de los integrantes más representativos de las viejas generaciones, albaceas de la memoria histórica de la ciudad, quienes han sido sustituidos, no por nuevos tipos sociales, sino por las redes sociales, y con ello se perdió gran parte de la memoria colectiva que guardaba la tradición oral, y se configura una nueva identidad urbana, de manera particularmente rápida entre niños y jóvenes.

El historiador indicó que un proceso de especulación desmedido hizo que la ciudad pasara de poco más de 8,000 has en 1980 a casi 25,000 en 2014, expandiéndose a un ritmo que ha llevado a la conurbación de sus municipios colindantes.

—Por supuesto —dijo— que en el largo plazo, y en especial los últimos 25 años, pueden notarse cambios culturales, una lenta mejoría económica y social para sus pobladores, y destaca la ampliación  de la infraestructura urbana, mejor que la de muchas ciudades del sureste. Pero las necesidades cambian y aumentan junto con la población. En medio siglo los pobres han disminuido, es cierto…en números relativos, no absolutos, donde han aumentado. Ahora una tercera parte de la población es pobre, pero otra tercera parte, sin serlo, es altamente vulnerable.