MÉRIDA.- La violencia y  las adicciones arrebataron a Jesús el derecho de tener una familia, de modo que sus primeros años los vivió en el Centro de Atención Integral al Menor en Desamparo (CAIMEDE), lugar donde conoció a Marité y a Juan, quienes hoy se dicen preparados para ser sus nuevos padres.

“Cuando lo vimos supimos que él era ese niño que tanto deseábamos. Fuimos al CAIMEDE en busca de una esperanza y la conseguimos. Yo les digo a todos los que, como nosotros, no pueden ser papás, que se acerquen al DIF y cambien la vida de estos niños”, expresó Marité después de recibir el acta en donde se estipula que Jesús reúne los requisitos para ser adoptado.

En la sala de usos múltiples del Gran Museo del Mundo Maya de Mérida, siete matrimonios concluyeron con un abrazo, sonrisas y lágrimas de alegría la espera para tener un hijo. Ahí, la presidenta del DIF Yucatán, Sarita Blancarte de Zapata, entregó los documentos que avalan la disposición de autoridades estatales y  parejas solicitantes, de finalizar el proceso de adopción una vez que termine el tiempo de custodia de los infantes.

En la ceremonia, en la que estuvo presente la directora del Caimede, María Cecilia Peniche Mendiburu, el director del DIF estatal, Limber Sosa Lara, enfatizó la importancia  de brindar un entorno positivo a los niños que se integran a sus nuevas familias y recalcó que para  la institución que representa, es vital garantizar que esa figura siga siendo el núcleo de la sociedad.

Tras atestiguar la entrega de ocho actas de custodia, la titular de la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia (PRODEMEFA), Cinthia Pacheco Garrido, subrayó que a través de la adopción se puede transformar la tristeza en alegría, devolviéndoles  a los pequeños ese derecho a tener alguien que vele por ellos.

“Hoy tenemos el privilegio y honor de entregar  en custodia a ocho menores,  quienes están más cerca de encontrar su tesoro. Estas familias están conscientes de que las relaciones de amor son los únicos bienes duraderos, ya que esos lazos pueden ser más fuertes y poderosos que los de sangre”, señaló.