MÉRIDA.- Policía de la Fiscalía General detuvieron a Víctor Mariano Bolívar Durán, de 41 años de edad, denunciado por su esposa Elda Bolívar por el delito de violencia familiar, ya que la golpeaba igual que al hijo de ambos, de 13 años de edad.
Elda Bolívar denunció a su nombre y el de su hijo menor de edad V.B.B., e intervino la Representación Social, dada la gravedad de la situación y el riesgo en que se encontraba la mujer y su vástago, quien al igual que ella sufrió golpes y vejaciones durante varios años.
Al interponer su denuncia en junio de 2012, la fémina relató una serie de anomalías de las que nunca había hablado, debido a que tenía terror ante las amenazas de muerte que pesaban sobre ella y su hijo. Relató que se casó con Víctor Bolívar desde hace 18 años y de inmediato comenzaron los maltratos, pues durante una reunión familiar la golpeó y cuando uno de sus cuñados quiso intervenir, lo amenazó para que no se metiera porque lo iba a matar igual que a ella.
La afectada manifestó que el sujeto nunca aportó para los gastos de la casa y en cambio le pedía a ella dinero a manera de préstamos que no devolvía.
En su labor como enfermera, la denunciante recibió un finiquito y el sujeto comenzó a decirle que necesitaba una cantidad fuerte de dinero para invertir en un negocio familiar, por medio del cual les iba a ir muy bien en poco tiempo, cosa que no sucedió y en cambio la obligaba a pedir más préstamos en su trabajo, por lo que actualmente ella se encuentra endeudada.
Al querer cobrarle dichos préstamos, Víctor Bolívar le gritaba que ella no estaba bien de la cabeza, y que si él quería la podría dejar para buscarse algo mejor, aunque años después sacó a relucir que en realidad él le tenía coraje y envidia porque su familia era pobre y él nunca tuvo las oportunidades de ella, que no soportaba la idea de no tener estudios y que ella tuviera un mejor empleo que él.
Al plantearle que quería divorciarse, el sujeto le dijo que ella le pertenecía y que por haberla apoyado nunca la iba a dejar, de modo que fue necesario buscar apoyo terapéutico, aunque sólo pudo ir un año y medio porque él la obligó a dejar las terapias, diciéndole que si necesitaba desahogarse lo hiciera con él, llegando al grado de que la psicóloga que la atendía le recomendó alejarse porque en la evaluación que le había hecho lo diagnosticó como psicópata en potencia.
Debido a los arranques de agresividad, los familiares de ella se alejaron, aunque en un principio una de las hermanas menores de ella se había ido a vivir con ellos, hasta que una noche el sujeto intentó abusar de ella.
La denunciante relató que golpeaba a su hijo con los puños “para que aprendiera a defenderse” y en época de frío lo obligaba a bañarse con agua fría, sucesos a los que se sumó la desaparición intencional de su mascota, con el argumento de que “debía aprender a vivir de todo”.
La mujer señaló que su esposo usaba mariguana y cocaína, por lo que hubo de soportar todo tipo de agresiones, hasta que lo denunció.