MÉRIDA.- Varios panistas, deslumbrados por el triunfo del PRI en diversos momentos, decidieron traicionar a su partido y hacer todo lo posible para congratularse con los priístas, aunque esa estrategia no necesariamente les dio el resultado que esperaban.

Tales son los casos de Julio Garrido Rojas, Jorge Rodríguez del Moral y Antonio Hadad Manzur, quienes traicionaron al PAN, luego que este partido los formó y le dio cargos importantes.

El caso más sonado es el de Julio Garrido Rojas, quien de haber sido secretario de Acción de Gobierno del Comité Estatal del PAN, durante la administración estatal de Patricio Patrón, así como consejero estatal y nacional del PAN, además de diputado local, hoy es un triste aplaudidor del PRI.

Garrido Rojas traicionó al PAN cuando fue legislador de 2007 a 2010 y votó en los últimos meses de la legislatura a favor de todo lo que proponía el PRI. Sin embargo, cuando el tricolor recuperó el Ayuntamiento de Mérida no fue tomado en cuenta, como tampoco ahora que Rolando Zapata es gobernador.

Hoy en día, Julio Garrido adoptó el triste papel de porrista del PRI, pues se la pasa defendiendo en el twitter absolutamente todo lo que hace el presidente Peña Nieto, hasta los impuestos que gravaron muchos conceptos, mientras que critica todo lo que señala el PAN, a fin de quedar bien con quienes tienen el poder en el estado y en el país.

Este papel de escudero ni siquiera lo asumen los mismos priístas, quienes no se molestan en tuitear las acciones del presidente de México y de los diputados federales del PRI, porque saben que hay arrastrados que lo hacen gratis.

Sobra decir que en Acción Nacional Julio Garrido no tiene ninguna injerencia, por más que presuma que todavía tiene “algo de poder”. Eso es algo que el PRI sabe muy bien, que ya otros operadores tricolores le pagaron a Garrido sus favores políticos, de modo que es prácticamente imposible verlo en algún cargo federal o estatal.

Una muestra de que no tiene ningún peso en el PRI fue que su cercano colaborador Jorge Rodríguez del Moral no fue ratificado como consejero de la Judicatura del Poder Judicial del Estado.

Como algunos recuerdan, en 2010, en un pago de favores a su traición, Julio Garrido logró imponer, para sorpresa de panistas y priístas, a Rodríguez del Moral en el mencionado puesto, quien previamente había sido consejero estatal del PAN y asesor de alcaldes del blanquiazul.

Sin embargo, este año los príistas lo mandaron a su casa y le quitaron tan importante e inmerecido cargo en el Poder Judicial del Estado, aprovechando una pifia pronunciada por el mismo Rodríguez del Moral, cuando durante su audiencia con los diputados para solicitar ser ratificado dijo que “la incorruptibilidad humana es imposible, salvo en las máquinas”.

Con ese argumento, los diputados del PRI aprovecharon para negarle la ratificación, y posteriormente en el Pleno los 25 diputados estatales rechazaron conservarlo en el puesto.

Hoy en día ni Julio Garrido ni Rodríguez del Moral tienen cargo público; sin embargo ambos critican a través de sus redes sociales todo lo que hace el PAN, tratando de congratularse con los priístas.

Un tercer caso, es el de Antonio Hadad, quien recibiera el mote de “Judas” luego de votar siendo diputado blanquiazul en contra del PAN, cuando precisamente Acción Nacional era mayoría en el Congreso del Estado.

El voto de Hadad Manzur permitió que Ángel Prieto fuera inamovible como presidente del Tribunal Superior de Justicia, de modo que antes de ser expulsado del PAN prefirió renunciar a su instituto político.

Intentó infructuosamente ser diputado federal por el Partido Verde, pero perdió. Sin embargo, cuando Ivonne Ortega ganó la gubernatura fue colocado en un importante puesto estatal que cobró muy bien hasta que fue despedido cuando Zapata Bello asumió funciones.

Desde que se quedó sin chamba en el Gobierno del Estado, es común ver en las redes sociales de Hadad Manzur como remata sus pertenencias, demostrando que su situación económica es precaria. Aunque no puede negar que cinco años le fue muy bien.