Mérida.- Un peculiar juego de ajedrez que se exhibe en una clínica odontológica inevitablemente hace que uno se imagine cada captura de pieza como una auténtica dentellada.

Y es que molares, premolares, caninos e incisivos se desplazan por diagonales, filas y columnas como parte de un ejército de trebejos blancos y negros que llaman poderosamente la atención de quien presencia las batallas.

Dos expertas cirujanas dentistas, Patricia Chávez Chi y su hija Alicia Narváez Chávez, esta última especializada en Periodoncia, suelen disputar amistosos y a la vez fratricidas encuentros, a manera de relajamiento, las pocas veces que su trabajo se los permite.

En el predio número 87-C de la calle 31 por 22 Y 24 de la colonia Francisco I. Madero se expone en forma permanente el llamativo Ajedrez Dental, hecho de resina y cuyo tablero, de los mismos colores que las piezas, negro y blanco ambarino, está hecho de piedra volcánica.

Ónix de tono ámbar y mármol negro son los materiales que hábiles artesanos de las faldas de los volcanes de Puebla utilizaron en la elaboración de la liza bicolor, sobre la cual grabaron los glifos de los 19 meses del calendario Maya.

La exactitud del calendario de nuestros ancestros, que supera al Gregoriano, que se utiliza hoy en día, contrasta, como los tonos de la palestra cuadriculada, con las imprecisiones que las combatientes, no muy duchas en el arte de Caissa, muestran en sus combinaciones.

En el Ajedrez Dental, adquirido en $4,000 durante la magna exposición múltiple que se realizó el pasado mes en Plaza Diamante, el rey tiene forma de molar superior y la dama está representada por el primer molar inferior.

El primer molar superior recrea a los caballos, en tanto que los caninos superiores hacen las veces de alfiles. Los peones cobran vida como incisivo central superior.